jueves, 25 de noviembre de 2010

Estereotipos II

Moda. Y es que Italia es uno de los puntos clave en cuanto a moda y estilo, aunque esto no parece poder aplicarse a la ciudad de Nápoles.

Llegué a la capital de la Campania con la idea de coger alguna idea para mi indumentaria para la boda a la que tengo que asistir el próximo mes, sin embargo no me hizo falta más de un día para darme cuenta de que éste no es el lugar adecuado para tomar prestadas ideas de este tipo. Eso si, nadie puede negar que los napolitanos tienen un estilo propio.

Aquellos a los que, en mi ciudad, se les conoce con el nombre de "malotes", aquí visten con pantalones vaqueros ajustadísimos y con el bajo doblado con el fin de mostrar los calcetines o los tobillos (ahora entiendo por qué la profesora de italiano nos dijo que la natalidad de Italia estaba disminuyendo). Pero esto ocurre en el mejor de los casos, pues algunos ya ni los doblan. A veces creo que por las mañanas se han equivocado de armario y han cogido los pantalones de su hermano pequeño. Como calzado destacan las deportivas altas tipo "astronauta" y los mocasines (debo admitir que ninguno me disgusta).
Si no tenemos suerte, esconden sus musculosos pectorales bajo una camiseta de licra ajustada. Aunque eres una persona afortunada cuando no tienes que ver sus barrigas cerveceras también escondidas bajo camisetas de licra ajustadas. Cuando refresca un poco, llevan una rebeca que, por lo que he visto, aun están muy de moda por aquí. Y como complementos, un fular o una palestina son dos buenas opciones. Las gafas de sol las utilizan, pero no todo el tiempo (como pensamos en España), sino solo cuando hace sol. Como anécdota diré que en Alemania piensan que los españoles llevamos las gafas de solincluso cuando llueve, es decir, piensan de nosotros lo que nosotros de los italianos.

Ahora si, la gente que no viste como el espécimen anterior, trabaja para vestirse o, en el mejor de los casos, trabajan para vestirlos. Pueden llevar encima tranquilamente 2000 euros en ropa y complementos. Pero os diré un cosa, si no me lo llegan a decir, yo pensaría que visten de mercadillo. Por ejemplo, he visto deportivas de las que en España puedes encontrar por 10 o 20 euros, ¡a 150-200 euros! Lo que no entiendo es, ¿cómo una ciudad que parece tan pobre puede gastar tanto dinero en ropa?

Para terminar diré que también aquí podéis encontrar Pull&Bear, Bershka, H&M o Zara, pero no son tiendas baratas. Y aunque Carmen me asegure que la diferencia de precios con España no supera los 5 euros, yo me reitero diciendo que en España nunca he visto una chaqueta en Zara que costase 150 euros. Como alternativa puedes ir a ALCOTT, cuyo estilo de ropa es similar al de estas tiendas e igual de barato.

Aunque en el fondo tengo que admitir que me encuentro como pez en el agua en esta ciudad. Mis pitillos y mis rebecas pasan totalmente desapercibidos. Creo que incluso podría ponerme unos pitillo rosa con lentejuelas y a nadie le llamaría la atención, al fin y al cabo, soy un chico, y aquí los chicos mandan.

Ciao.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Estereotipos I

Dos meses en Nápoles es suficiente para tener una idea general de los estereotipos verdaderos y falsos con respecto a la ciudad y al país en general.

Pasta y pizza. Es totalmente cierto. En los puestecillos que inundan las calles se vende pasta y pizza para todos los gustos. Macarrones con carne, tortilla de macarrones o croquetas de pasta. Pizza margarita, frita o calzonne. Croquetas de patata con queso, de arroz o de fideos. Bocadillos de una pasta extraña a base de bacon y queso, bocadillos de espinacas y hot dogs.
Vivo con 5 italianos y ellos dicen que comen variado pero yo solo los veo comer pasta. Esta bien, miento. También los he visto comer un día lentejas y otro sopa (ambas cosas hechas por mi). Eso si, la pasta la toman con todo: espinacas, carne, tomate, atún, brócoli, pepino... Y cuando les sobra pasta del mediodía, le echan un par de huevos y se hacen una tortilla de pasta a la noche (aunque esto aun no se lo he visto hacer a ninguno).
Sin embargo ellos dicen que los españoles comemos fatal (qué otra cosa pueden decir si solo me tienen a mi como ejemplo, un estudiante erasmus sin un duro). Dicen que como todo frito y siempre lo mismo. Y claro que como siempre lo mismo, compro siempre criollos porque es lo más barato en cuanto a carne en el supermercado, y el arroz un día si y otro no porque este último año he desarrollado una ligera afición hacia esta comida.
En cuanto al aceite, aquí casi no usan aceite para cocinar. Eso si, cuando lo usan se pasan. Utilizan media olla de aceite para freir unas patatas congeladas (aun teniendo sartenes) y luego lo tiran. Se volvieron locos el día que guarde el aceite de mis patatas para el día siguiente.
El pan es otro tema de discusión en casa. Yo compro un bollo cada día y si me queda un trozo por las noches, al día siguiente lo tiro, y si me sobra mucho lo meto en el congelador. Ellos se compran una barra y la comen en varios días. Quizá esto sea algo que haga mucha gente y yo no sea un buen ejemplo por ser hijo de panaderos. Además me riñen siempre que dejo el pan encima de la mesa, o sobre la encimera, o cuando no lo cubro con un paño, ya no digamos el día que lo puse sobre un paquete de agua que teníamos en la cocina... Si es que aquí se pasan de higiénicos... pero esto formará parte de otra actualización.

A presto

domingo, 7 de noviembre de 2010

¿Salimos?

La vida nocturna napolitana, y pienso que la italiana en general, es bastante diversa a la española. Nuestra primera toma de contacto fue la primera semana. Sin conocer apenas gente nos dirigimos a una plaza dónde unos días antes la organización Erasmus había celebrado el botellón de bienvenida. Pero nos encontramos en una plaza llena de adolescentes italianos dónde los españoles brillaban por su ausencia. Compramos una botella de vino en una de las muchas enotecas de la ciudad y nos sentamos a beber y observar a la gente. Salimos con la idea de regresar pronto a casa pero cuando ya teníamos un "contentillo" encima decidimos buscar algún sitio para bailar. Qué ingenuos éramos. No encontramos ningún sitio, lo cual es bastante normal aquí, al menos en el centro histórico.
Lo que aquí llaman "uscire a la sera" es salir a una plaza a beber y hablar con tus amigos hasta las 3 o 4 de la mañana, cuando regresan ebrios a sus casas. Y aquí se sale todos los días. Quizá los lunes la gente se retira antes para sus casas, pero por lo general, todos los días es un buen día para salir a hablar con tus amigos y conocer gente. Una vez empezamos a conocer gente, supimos que la plaza de los Erasmus se llama Piazza Orientale (nombre tomado de la universidad vecina a la plaza).
Aunque también puedes salir a bailar, pero la zona de marcha está bastante lejos del centro. Y para ir a las discotecas necesitas un medio de transporte, o al menos conocer a alguien que te lleve. Las discotecas están llenas de gente, tan llenas que no puedes bailar, y se podría hablar de no ser por el volumen de la música. Además las copas te cuestan 10 euros, y ni por un momento penséis que son como las copas en España, son vasos de plástico como los de las fiestas de cumpleaños llenos con una bebida caliente (porque el concepto de los hielos aquí todavía no ha llegado).
En cuanto a la organización Erasmus, es cierto que organizan fiestas para nosotros, con medio de transporte que te lleva hasta las mejores discotecas de la ciudad. El problema es que tienes que pelearte por coger el primer autobús, porque solo hay uno, y quién no coge el primero, debe esperar a que regrese, cosa que a veces puede llevar su tiempo.
Poco a poco vamos conociendo más a fondo la ciudad y descubrimos cosas nuevas. Restaurantes españoles dónde puedes bailar y comer. Baretos escondidos dónde puedes escuchar "pachangada" y un poco de rock. Discotecas de incógnito en pleno centro histórico en las que algunos domingos se hacen fiestas gays. Y hablando del ambiente, también este mundillo tiene su lugar en la noche de Nápoles. Piazza Bellini es el lugar de encuentro para beber y hablar, viernes y domingos (¡y está a dos minutos de mi casa!). Y si no quieres hacer botellón, esta plaza cuenta con varias terrazas donde te puedes sentar y disfrutar de monólogos, conciertos, juglares, vagabundos e incluso de una pequeña excavación, imagino que romana.

A presto ragazzi!