domingo, 7 de noviembre de 2010

¿Salimos?

La vida nocturna napolitana, y pienso que la italiana en general, es bastante diversa a la española. Nuestra primera toma de contacto fue la primera semana. Sin conocer apenas gente nos dirigimos a una plaza dónde unos días antes la organización Erasmus había celebrado el botellón de bienvenida. Pero nos encontramos en una plaza llena de adolescentes italianos dónde los españoles brillaban por su ausencia. Compramos una botella de vino en una de las muchas enotecas de la ciudad y nos sentamos a beber y observar a la gente. Salimos con la idea de regresar pronto a casa pero cuando ya teníamos un "contentillo" encima decidimos buscar algún sitio para bailar. Qué ingenuos éramos. No encontramos ningún sitio, lo cual es bastante normal aquí, al menos en el centro histórico.
Lo que aquí llaman "uscire a la sera" es salir a una plaza a beber y hablar con tus amigos hasta las 3 o 4 de la mañana, cuando regresan ebrios a sus casas. Y aquí se sale todos los días. Quizá los lunes la gente se retira antes para sus casas, pero por lo general, todos los días es un buen día para salir a hablar con tus amigos y conocer gente. Una vez empezamos a conocer gente, supimos que la plaza de los Erasmus se llama Piazza Orientale (nombre tomado de la universidad vecina a la plaza).
Aunque también puedes salir a bailar, pero la zona de marcha está bastante lejos del centro. Y para ir a las discotecas necesitas un medio de transporte, o al menos conocer a alguien que te lleve. Las discotecas están llenas de gente, tan llenas que no puedes bailar, y se podría hablar de no ser por el volumen de la música. Además las copas te cuestan 10 euros, y ni por un momento penséis que son como las copas en España, son vasos de plástico como los de las fiestas de cumpleaños llenos con una bebida caliente (porque el concepto de los hielos aquí todavía no ha llegado).
En cuanto a la organización Erasmus, es cierto que organizan fiestas para nosotros, con medio de transporte que te lleva hasta las mejores discotecas de la ciudad. El problema es que tienes que pelearte por coger el primer autobús, porque solo hay uno, y quién no coge el primero, debe esperar a que regrese, cosa que a veces puede llevar su tiempo.
Poco a poco vamos conociendo más a fondo la ciudad y descubrimos cosas nuevas. Restaurantes españoles dónde puedes bailar y comer. Baretos escondidos dónde puedes escuchar "pachangada" y un poco de rock. Discotecas de incógnito en pleno centro histórico en las que algunos domingos se hacen fiestas gays. Y hablando del ambiente, también este mundillo tiene su lugar en la noche de Nápoles. Piazza Bellini es el lugar de encuentro para beber y hablar, viernes y domingos (¡y está a dos minutos de mi casa!). Y si no quieres hacer botellón, esta plaza cuenta con varias terrazas donde te puedes sentar y disfrutar de monólogos, conciertos, juglares, vagabundos e incluso de una pequeña excavación, imagino que romana.

A presto ragazzi!

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